Hamnet y el mundo de Shakespeare

Hamlet es uno de los dramas shakespearanos más representados y estudiados de todos los tiempos. Es, al mismo tiempo, una obra bastante desconcertante en cuanto a su trama y también en cuanto a su forma. Sin embargo lo grandioso de Hamlet es la pasión que transmite…

Pero, ¿porqué el paralelismo Hamnet-Hamlet?

Cuando leemos «Hamlet» desde el punto de vista de «Hamnet» comprendemos que toda la obra es el mensaje de un padre, que habita un reino, el de los muertos, a un hijo que habita en otro diferente ,el de los vivos. Así podemos decir que están realmente separados por la muerte, pero espiritualmente continúan unidos.

Shakespeare intenta que el recuerdo del hijo trascienda el tiempo, sea eterno, rescate al padre de la muerte. Y lo consigue, puesto que hace a su hijo eterno a través de la literatura. El drama forma parte del imaginario de medio mundo, llega hasta nuestros días y tiene proyección de futuro

En la novela ocurre lo inverso: es el recuerdo de un padre el que hace a un hijo eterno. Ambas creaciones coinciden en la idea de trascendencia y consiguen perpetuar la memoria de padre e hijo a través de los tiempos.

El Shakespeare real

Como sabemos Shakespeare nació en Stratford upon Avon en 1564, en medio de una epidemia de peste, y murió en 1616, en la misma fecha que Miguel de Cervantes.

Su padre era un comerciante próspero que pronto cayó en desgracia al ser acusado de comercio ilegal de lana. Su madre, Mary Arden, descendía de una importante familia. Con 18 años William se casa con Anne Hathaway. Estos datos los conocemos gracias a la documentación de la época pero poco o nada sabemos de los llamados «años perdidos» (entre 1585 y 1592) durante los cuales su rastro literalmente se desvanece.

Sí sabemos que fue capaz de legar a su mujer en su testamento su «segunda mejor cama», que fue condenado por defraudar al fisco, que no vaciló en apropiarse de argumentos, versos y diálogos de otros autores en sus obras, hasta el punto de que, como puntualizó Bernard Shaw: «Shakespeare era un magnífico narrador de historias, siempre y cuando alguien las hubiera contado antes». En sus obras abundan errores de todo tipo, tanto anacronismos como anatropismos.

Sin embargo ha sido uno de los mayores prodigios creativos de la literatura universal. Su pervivencia en la historia se explica, no tanto por la calidad de sus tramas o su visión del mundo, como por el poder de su lenguaje, pues ha aportado unos 800 neologismos, todavía en uso, a la lengua inglesa.

También aparece documentada la muerte de Hamnet a la edad de 11 años, único hijo varón del escritor. Para muchos especialistas esta muerte pudo inspirarle para escribir Hamlet. De sus relaciones familiares poco sabemos. Es por eso una figura tan atractiva y que se presta tanto a la novelación y a la fantasía. Pero ¿quién nos dice que el relato de Hamnet no pudiera haber sido así, como se refleja en la novela? Veamos como lo han visto otros creadores.

El Shakespeare literario

Son muchas las biografías y obras literarias que surgen alrededor de la figura de Shakespeare. Algunas son fieles a la realidad y otras fantasean y añaden detalles que no tnemos manera de comprobar. El libro de Maggie O’Farrell es en este sentido una maravillosa fabulación de lo que pudo ser.

Algunas libros en torno a la figura de Shakespeare

  • El espejo de un hombre (Stephen Greenblatt, 2005)
  • Shakespeare, nuestro contemporáneo (Peter Jan Kott, 2007)
  • La memoria de Shakespeare (Jorge Luis Borges, 1983). Conjunto de 4 relatos.
  • Una habitación propia (Virginia Woolf), en su capítulo tercero, mezclando su sabiduría con la invención, imagina la existencia de una hermana de Shakespeare, Judith, tan dotada de talento y ansias de ruptura artística como él, pero en quien los condicionantes vitales «fueron hostiles al estado de ánimo necesario para liberar lo que hay en el cerebro».
  • Shakespeare, el mundo como escenario (Bill Bryson, 2007). Es una sucinta biografía del escritor cuya brevedad es coherente con su propósito: «determinar qué puede saberse de Shakespeare sin recurrir a la especulación». Y es que lo que se puede saber de él sin fantasear se reduce a esto, según el historiador George Stevens:

«nació en Stratford upon Avon, tuvo familia allí, viajó a Londres, se convirtió en actor y autor, regresó a Strarford, hizo testamento y murió».

El Shakespeare cinematográfico

Son numerosísismas las películas basadas en la obra de Shakespeare. También las que toman su vida como inspiración para novelar. Entre ellas podemos destacar:

  • Shakespeare in love (John Madden, 1998)
  • Anonymous (Roland Emmerich, 2011)
  • Will (serie de televisión, 2017)

Pero, ¿quíen es Maggie O’Farrell?

A estas alturas ya tendrás muy avanzada o quizá terminada la lectura de «Hamnet», pero seguro que te gustaría saber más de la persona que ha imaginado y plasmado negro sobre blanco esta sobrecogedora historia.

Pues se trata de Maggie O’Farrell, una escritora irlandesa que nació en Coleraine (Irlanda) hace unos 50 años. Ha vivido en Escocia y Gales. Estudió periodismo y se define a sí misma como aventurera y viajera, buena lectora. Está casada con su colega novelista William Sutcliffe, a quien conoció cuando eran estudiantes en Cambrige. Viven en Edimburgo con sus tres hijos.

Lleva publicados 8 libros:

  • After you’d Gone (2000)
  • My lover’s lover (2002)
  • The distance between us (2004), ganadora del Premio Somerset Maugham)
  • La extraña desaparición de Esme Lennox (2007)
  • La primera mano que sostuvo la mía (2010, Libros del Asteroide 2018)
  • Instrucciones para una ola de calor (2013)
  • Tiene que ser aquí (2020; Libros del Asteroide 2017)
  • Hamnet (2020; Libros del Asteroide 2021)
  • Sigo aquí (2017; Libros del Asteroide 2019

En algunas de sus novelas aborda temas de su vida privada, como algunas experiencias cercanas a la muerte. En ellas incorpora de manera novelada aocontecimientos de su propia vida, y sin embargo en Hamnet lo hace con Shakespeare, a quien traslada a su vida cotidiana dando una versión del grandísimo escritor desde la trastienda, de lo que ocurre en su hogar, fuera del lugar de creación, lejos de Londres. Es indudable que en esta y en el resto de sus novelas imprime su personal estilo, su cuidada forma de expresar y sobre todo su alma.

Excelentemente traducida por Concha Cardeñoso, Hamnet ha suspuesto un lanzamiento a nivel mundial de esta escritora que lo tiene muy difícil para superar el éxito conseguido con esta maravillosa novela. Estaremos pendientes de su obra.

En esta entrevista de Maggie O’Farrell puedes encontrar algunas claves:

Y en la entrevista que concedió a El País Semanal encontrarás más datos curiosos sobre la autora:

file:///C:/Users/BIBLIOTECA2/Downloads/hamnet-el-pais-semanal-19-de-junio-2022-3-1%20(2).pdf

La escritora Marta Sanz escribió una crítica muy interesante en El País:

https://elpais.com/babelia/2021-03-05/la-vida-detras-de-la-literatura.html

También puedes encontrar más información en:

https://www.pagina12.com.ar/400195-hamnet-de-maggie-o-farrell?ampOptimize=1

Y en esta entrevista puedes conocer mejor a Maggie O’Farrell:

¿Has leído alguno de sus otros libros? ¿Qué piensas del proceso de creación? ¿Te gusta el estilo de sus obras?

Hamnet, un tiempo, un lugar

En la narración de la novela se siguen dos líneas de tiempo: una que comienza el día en que la gemela de Hamnet, Judith, enferma de peste y otra que se remonta al comienzo de la apasionada relación de sus padres unos 15 años antes. Al final las dos líneas convergen en un final muy esclarecedor lleno de sentimiento y poesía.

El relato, de una belleza deslumbrante y de una intensa emoción, transcurre en la Inglaterra isabelina, entre Londres y Stratford-upon- Avon, pero para hacernos una idea veamos con algo más de profundidad en que lugar y en que tiempo transcurre la acción.

La Inglaterra Isabelina

Cuando Isabel I accede al trono Inglaterra había disfrutado de décadas de una paz relativa. Tenía 25 años y no lo tenía fácil: se enfrentó a varias rebeliones pero supo halagar el nacionalismo de su pueblo. No se dejó gobernar por el Parlamento ni por sus amantes y el pueblo la amó mucho. También era muy culta y más parecía fruto del Renacimiento que una reformista iluminada.

No es de extrañar el interés que hacía tiempo Shakespeare y su público tenían por las obras históricas relacionadas con la monarquía. Buena parte de ese público sabía que no acudía al teatro a ver la dramatización de una parte de la historia de Inglaterra, sino una manera de presentarla que proyectaba luz sobre su propia época.

Así acudían al teatro en masa donde se representaban obras durante varias horas. Londres era una ciudad insalubre, superpoblada y muy viva. Allí las obras de Shakespeare eran esperadas y aplaudidas por todas las clases sociales.

El Teatro isabelino

Es un estilo de interpretación de obras teatrales que florece en el reinado de Isabel I (1558-1603) y que continúa con sus sucesores. Fue testigo de la aparición de los primeros actores profesionales que forman parte de compañías itinerantes. El primer teatro surge en Londres en 1576 y seguidamente aparecen otros al convertirse en algo indispensable en la vida londinense.

El hecho de que los teatros realizaran funciones diarias dio lugar a la existencia de compañías permanentes de actores que no tenían que hacer giras, y por tanto podían invertir más tiempo y dinero para asombrar a una audiencia que estaba compuesta por personas de ambos sexos y todas las clases sociales.

Es en este momento en el que aparece el dramaturgo más célebre de la época, William Shakespeare (1564-1616), cuyas obras eran interpretadas en el famoso Globe Theatre de Londres, y que aborda temáticas tan diversas como historia, romance, venganza, asesinato, comedia, tragedia…

Curiosidades

En la época en cuestión los espectadores lanzaban monedas al escenario si consideraban que había sido una buena función. El término «rómpete una pierna» surge del momento en el que los intérpretes se tenían que arrodillar constantemente para recogerlas.

La actuación se consideraba una profesión inapropiada para las mujeres y los hombres interpretaban los papeles femeninos.

Dentro del argot del teatro, cuando se quiere desear buena suerte a alguien se le dice: «¡Mucha mierda!». El origen de esta expresión lo encontramos en esta época, en que para ir al teatro el único modo era andando, a caballo o en carruajes tirados por caballos. Todos sabemos que estos animales hacen sus «cosas» por la calle. Por tanto, si un día de función había mucha mierda en la entrada y cercanías del teatro esto significaba que había acudido a ver la función mucha gente. Es decir, «mucha mierda» era sinónimo de éxito.

Una leyenda afirma que las obras inéditas de Shakespeare yacen con él en su tumba. Nadie se ha atrevido a comprobar la veracidad de la leyenda, tal vez por miedo a la maldición del epitafio.

«Buen amigo, por Jesús, abstente de cavar el polvo aquí encerrado.

Bendito sea el hombre que respete estas piedras

y maldito el que remueva mis huesos»

Volviendo a Hamnet hablemos de los personajes…

Aunque la novela lleve como título el nombre de Hamnet, es decir, del hijo de Shakespeare y de Anne Hathaway, quizá debería llevar el nombre de Agnes… La autora ha cambiado el nombre de Anne por el de Agnes, y el de Hamlet por el de Hamnet. Juega con los nombres al igual que juega a no terminar de desvelar la auténtica personalidad del escritor, cuyo nombre no se menciona a lo largo de toda la historia. Es el preceptor de latín, el dramaturgo que viaja a Londres, es hijo, esposo, padre, es muchas cosas y está muy presente, algo que apreciamos sobre todo en la parte final.

Sin embargo es Agnes, la esposa del escritor, quien aparece como un suave soplo de brisa y acaba por ser la auténtica protagonista. Ella es curandera, un poco hechicera, está en contacto directo con la naturaleza y de una manera casi mágica enamora y se enamora del preceptor de latín de sus hermanastros. Agnes es la madre de Susanna, y de los gemelos Hamnet y Judith, es apremiada por sus vecinos, tiene el poder de intuir el futuro tocando la mano de las personas. También es hija, hermana, hermanastra… Pero sobre todo representa el amor. Amor con mayúsculas y a todos los niveles: amor de madre (y dolor, amor y dolor sin concesiones, un dolor que no entiende, que no perdona, que lo llena todo), amor de hermana, de hija, de esposa.

Es precisamente en las escenas de amor romántico donde descubrimos descripciones llenas de poesía y belleza, como la escena en la que Agnes hace el amor por primera vez con el preceptor:

«Las hileras de manzanas se mueven, botan, dan saltos en las baldas. Cada manzana está centrada en un surco hecho a propósito en los estantes de madera que forran las paredes de esta pequeña despensa.

Bote, bote, salto, salto […]

Las manzanas se están dando la vuelta, aparecen los rabitos por un lado, los cálices miran hacia el otro, vuelven a su sitio, luego se mueven hacia arriba, después hacia abajo. La frecuencia de los golpecitos varía: más pausada, más lenta, más rápida y vuelta a empezar»

Hamnet, el hijo de Agnes, es un chico inquieto y despierto que presta su nombre a la novela. Dejará un imborrable recuerdo en todos los que le conocieron y será eterno gracias a la literatura. Es también protagonista de una preciosa escena de amor filial cuando decide insuflar su vida a su hermana para que sea ella quien sobreviva a la peste.

Judith, la hermana gemela de Hamnet, es quien introduce la enfermedad en la casa. Es una niña delicada que sirve como catalizador en gran parte de la historia. Es el pretexto perfecto para que Agnes no viva con su esposo en Londres al ser un lugar insalubre.

Susana es la responsable hermana mayor.

Los suegros, Mary, que en un principio es dura y difícil, cuida al final a Agnes como si fuera hija suya. John, sombrío, tirano y maltratador, el guantero bebedor y mal negociante del que el escritor deberá escapar si quiere desarrollar la vocación de su vida.

Eliza (hija de Mary), Gilbert, Edmond, Richard, Mary, que falleció…

Bartholomew, hermano de Agnes, siempre un punto de apoyo, de complicidad y seguridad, que ayuda a Agnes a casarse con quien quiere, a comprar la casa, a viajar a Londres. Él siempre está para ella , igual que de niños ella fue su protectora.

Y finalmente Joan, la madrastra de Anges y Bartholomew, que de su matrimonio con el padre de ellos…

«Tiene seis hijos (ocho, contando a la hijastra medio loca y al idiota de su hermano, de los que tuvo que hacerse cargo cuando se casó)»

¿Qué opinas tú de los personajes? ¿Cuál es tu favorito? ¿Porqué?

«Hamnet» de Maggie O’Farrel

Estimados lectores, con el comienzo del nuevo mes de octubre os proponemos la lectura de un libro que no os dejará indiferentes, es más sabemos a ciencia cierta que dejará huella: Hamnet, de Maggie O’Farrell.

Elegido como la mejor novela del año 2021 por los lectores de El País, os ofrecemos la posibilidad de que nos acompañéis en su lectura y así acercarnos a una historia que sin duda será de mucho interés, pues trata uno de los temas más dolorosos para cualquier ser humano: la muerte de un hijo.

Sin embargo otros muchos temas se irán desgranando a lo largo de sus páginas.

Motivos para leer Hamnet

La novela se desarrolla en la Inglaterra isabelina, pero esto no quiere decir que se trate de una novela histórica en estricto sentido, sino que a través de esa aparente lejanía en el tiempo de los sucesos que se narran nos acercamos de una manera completamente actual a ellos. Partiendo de la historia familiar de Shakespeare, Maggie O’Farrell compone un relato a caballo entre realidad (basándose en los pocos datos realmente fidedignos de la vida de El Bardo) y la ficción.

Así la autora utiliza un lenguaje muy actual que todos podemos entender en pleno siglo XXI, y habla de sentimientos universales con tal sinceridad y realismo que nos llega a lo más profundo, porque son completamente trasladables a cualquier época, a cualquier tiempo, a cualquier lugar. Es, además, muy inteligente por su parte tomar una figura histórica y literaria de primer orden y novelar sobre lo que pudo ser y lo que fue.

Hamnet es una novela sobre el amor, sobre la maternidad y el duelo, sobre las complejas relaciones familiares, pero también sobre los orígenes secretos de las obras maestras. A pesar de que la novela lleva el nombre del hijo de Shakespeare, fallecido a los 11 años, la protagonista es realmente Agnes, su madre. Ella nos hace transitar por la vida familiar de una pareja compuesta por un preceptor de latín, que más adelante se transformará en escritor de dramas y su esposa en la Inglaterra del siglo XVI, desde el enamoramiento del matrimonio, pasando por los problemas de la vida cotidiana y desembocando en el fantástico final dramático, conmovedor y de gran belleza.

Edición norteamericana con un título diferente.

Nos llega tan dentro gracias al dominio del lenguaje, a su léxico perfectamente escogido, a su delicadeza narrando los distintos acontecimientos con gran sentimiento y brillantez. La descripción de los personajes es tan magnífica que incluso podríamos sentir su olor. Retrata muy ajustadamente una época y da la sensación de que ha desarrollado un importante proceso de documentación. Eso nos hace su mundo tan real y cercano. En la edición española de Libros del Asteroide, como siempre muy cuidada, hay que destacar la impresionante traducción de Concha Cardeñoso, que sin duda ha contribuido a conseguir ese éxito de la novela en nuestro idioma.

Otra de sus aportaciones es combinar lo cotidiano con lo extraordinario, como es el proceso de creación de una obra maestra de la literatura universal. Explica como pocas veces habíamos percibido la inspiración que sobre la creatividad tiene la vida diaria, con sus emociones, su magia, su dolor, su drama real…

Algunos escritores opinan…

María Dueñas

«Estoy terminando Hamnet, y ansío cada día que llegue la noche para seguir leyendo… Es una novela que recoge la vida de Shakespeare, de la que sabemos poco. La autora se centra en el lado más humano, privado, familiar, el más tierno del personaje, en su mujer y sus hijos. Está escrito con una ternura y un grado de detalle maravillosos. Es un libro muy conmovedor, que recomendaría para regalar o para regalarse.»

Marta Sanz

«O’Farrell trasciende el mito del andrógino y vence las dificultades del arte para regalarnos una novela preciosa centrada en la figura de una mujer que no fue ni sombra ni pequeña pese a la estatura que el tiempo le ha concedido a su monumental esposo.»

Tracy Chevalier

«Sobresliente, preciosa, conmovedora (…) el libro de su vida».

La prensa extranjera ha declarado…

«Un extraordinario hito de la imaginación y la empatía». The New York Times.

«Un regalo para los sentidos. Una novela muy especial». The Sunday Times.

«Una historia emotiva y llena de intriga sobre la manera en que el dolor transforma brutalmente un matrimonio». The Washington Post.

«Una saga familiar tan llena de vida, de magia y afecto que desearía que fuera real (…) Maravillosamente escrita». The Boston Globe.

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